1. Mejorar la rueda es más fácil que inventarla.
Es común entre los emprendedores, buscar ideas novedosas, sin ningún antecedente previo, fruto de su magnífica imaginación y creatividad. Esto en la mayoría de los casos es un error y explicaré porqué. En el mundo todo está inventado, y lo que no lo está, se lleva desarrollando en la sombra desde hace años. Por otro lado, si no está inventado puede que sea porque no tiene mercado o porque nadie pagaría por ese servicio o producto. Sin embargo, puedes aprovechar tu imaginación o creatividad para maximizar los atributos de un producto o servicio, o encajarlo en un mercado con potencial consumidor. No estoy diciendo que no se invente cada día algo nuevo, pero estos nuevos productos no suelen ver mercado jamás.
2. Cómo vas a recuperar la inversión.
Parece una tontería hacerse esta pregunta, pero les sorprendería la cantidad de negocios que arrancan sin tener respuesta a esta pregunta. Cuando emprendes, el dinero se va de tu bolsillo ya te pasarás todo el día buscando la forma para que el dinero no solo vuelva, sino que traiga más dinero a tu bolsillo. Este es el fundamento de un negocio y tiene que estar muy claro como conseguirlo. Si esto falla, no conseguirás inversores, ni préstamos, ni buena suerte. Tu negocio me temo que estará destinado al fracaso. Hay infinitas respuestas a esta pregunta, pero solo dos o tres serán válidas.
3. Valida tu idea de negocio.
Tienes un producto innovador y con excelentes beneficios, ya sabes como vas a recuperar tu inversión y tienes previsto ganar millones pero... cuando te lanzas a la piscina vez que no hay agua. Esto ocurre mucho y es uno de los errores que nunca te alegrarás de cometer, porque no tienes marcha atrás una vez llegado a este punto, mucho dinero y trabajo se habrá caído por la borda. Una vez tienes todo planteado en el papel, es el momento de validar si lo que tu imaginación ha creado, el consumidor está dispuesto a pagarlo. La mejor forma de validar tu idea de negocio es con el llamado producto mínimo vendible y consiste en vender tu producto o servicio (aunque aún no exista) y recibir ingresos. Cuando consigas esto, te darás cuenta del potencial de tu producto y de la respuesta del consumidor. Así habrás validado tu idea de negocio, sin incurrir en altos costes. Entonces habrás visto el agua en la piscina.
4. Cuantifica los riesgos.
Ya sabes que hay agua, pero desde arriba no se ve la profundidad, y sin saber los riesgos, es más probable que te aparezcan los problemas por sorpresa y sin tú poder responder. Cuando hablamos de riesgos, hablamos de todos los riesgos que puedas imaginarte, pero será importante calcular la importancia para la supervivencia de tu negocio. Así podrás evitar algunos riesgos, y sin bien no son evitables, poder controlarlos. El emprendedor por naturaleza, tiene que asumir riesgos, pero no tiene que asumirlos todos. Este es un grave error que la pasión por nuestra idea nos suele ocasionar. Piensen fríamente y con una hoja de cálculo, los riesgos que están asumiendo y que puede pasar si chocases contra el suelo de la piscina. Continuando con el símil expuesto, no se tiren de cabeza.
5. El equipo es más importante que la idea.
Así es, el equipo con el que trabajes cada día, será quien desarrolle la idea y la lleve a cabo, quien cree una buena estructura organizacional y quien te permita jubilarte antes de tiempo. No pienses en hacerlo todo tú, porque no se puede ser experto en todo. Asesórate por expertos en cada tema y contrata personal que te complemente. Pero recuerda que todo debe ir en consonancia con tu nivel de actividad, no contrates a la NASA al completo. En el mundo empresarial, la idea pasa a un segundo plano en cuanto pasen los primeros meses y has de crear una buena estructura. Para los escépticos...¿Puedes hacer una hamburguesa mejor que la del McDonalds? seguro que sí, pero la pregunta clave es... ¿Puedes vender 100 mil millones de esas hamburguesas?
Hasta aquí llegaron los que a mi juicio, son los cinco mejores consejos que te puedo dar, ahora está en tus manos si llevarlos a cabo o no. Si decides llevarlos a cabo, te auguro un buen devenir y altas posibilidades que tu idea triunfe, pero si no los llevas a cabo, también te auguro éxito. Tal y como dijo Henry Ford "Si hubiese hecho caso a mis clientes, hubiese hecho caballos más rápidos".
Si la entrada te ha parecido interesante no dudes en comentarla, o compartirla. Si alguien quiere consultarme acerca de su idea de negocio, no dude en ponerse en contacto conmigo ¡Ánimo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario