"¿Cómo no se me ocurrió a mi antes?"
Algo tan natural y frecuente como dicha pregunta, nos da a entender que el esfuerzo de ese exitoso emprendedor fue pensar durante unos mágicos minutos en la idea innovadora, olvidándonos de dos aspectos fundamentales:
- Es muy probable que no haya sido el primero en ejecutar dicha idea de negocio.
- Su verdadero esfuerzo fue llevarla a cabo y conseguir lo que otros no consiguieron.
Está claro, que esas ideas sencillas diariamente se nos ocurren a todos, el problema está que no todos somos capaces de ejecutarla. Por lo tanto, si fueses un inversor no darías tu dinero a cualquiera con una buena idea, sino se lo darías a quien te diese la confianza de ejecutar la idea y dar buenos resultados. Por lo tanto es hora de hacerse la pregunta correcta.
¿Estoy capacitado para ejecutar la idea?
Si te has percatado, ya no da a entender que las cosas ocurran porque sí como ocurría con la pregunta inicial. Ahora, es hora que respondas a esta pregunta y le des la confianza al inversor (y a ti mismo) de tu plena capacidad para llevarla a cabo.
Las empresas no son ideas, son personas. Asegúrate de tener la mejor formación posible para tu negocio, adquiere experiencia en tu sector, rodéate del mejor equipo de trabajo, pide ayuda y consejos cuando no tengas la capacidad de asumirlo todo y, sobretodo, consigue generar la confianza suficiente para que financien tu idea.
Recuerda que las ideas se pueden robar, pero la capacidad de ejecutarla no
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